Un dulce que me recuerda a la infancia, a mi niñez. Un postre delicioso y sencillo de preparar aunque viéndolo cualquiera lo diría ¿verdad?
Puedes prepararlo con antelación porque aguanta perfectamente en la nevera.
Tiene un contraste de texturas y sabores delicioso. Yo he utilizado una manzana un poco ácida que le da un punto fantástico. Puedes usar el yogur que más te guste. Y el toque crujiente lo aporta la granola.
Un dulce que no debes dejar de hacer porque os va a encantar.
Ingredientes:
Para la compota de manzana:
– 500 g de manzana.
– Zumo de 1 limón.
– 200 g de agua.
– 1/2 cucharadita de canela molida.
– 2 clavos.
– 1 rama de canela.
– 1 cucharada de panela (unos 10g).
Para la capa de yogur:
2 yogures naturales (los míos edulcorados con azúcar de caña).
Topping:
Granola.
– 500 g de manzana.
– Zumo de 1 limón.
– 200 g de agua.
– 1/2 cucharadita de canela molida.
– 2 clavos.
– 1 rama de canela.
– 1 cucharada de panela (unos 10g).
Para la capa de yogur:
2 yogures naturales (los míos edulcorados con azúcar de caña).
Topping:
Granola.
Preparación:
Preparar la compota pelando y cortando en trozos pequeños la manzana. Ponerla en un cazo con el resto de ingredientes y cocer durante 25 minutos o hasta que la manzana esté blanda. Retirar los dos clavos y la rama de canela. Enfriar. Una vez fría poner un poco más de 1/3 de los vasitos con la compota. Añadir el yogur y hacer una capa generosa. Terminar con la granola.