Os propongo una delicia para el paladar. Adoro las tartas de queso así que hoy haremos una fiesta a la hora de la comida cuando llegue el postre.
Una tarta muy fresca, no muy dulce y que te la comes sin apenas enterarte. Una manera riquísima de meter en el cuerpo vitamina C porque lleva dos frutas que la contienen en altas dosis.
Aprovechando los nuevos sabores que ha sacado al mercado Granini, además de prepararnos unos helados de preocupar, he elaborado esta deliciosa tarta. En este caso he usado el de sabor kiwi y naranja, el de coco ha volado.
Como suele pasar con estas tartas frescas de queso es mejor elaborarla el día anterior para que coja la suficiente firmeza y los sabores se afiancen mejor. ¿Te animas a prepararla antes de que acabe el verano? Estoy segura de que te he tentado.
Ingredientes:
Para la base:
– 40 g de galletas maría.
– 35 g de mantequilla derretida.
Para la cheesecake:
– 100 ml de zumo de kiwi y naranja de Granini.
– 300 g de queso de untar.
– 2 y 1/2 hojas de gelatina (cola de pescado).
– 30 g de azúcar.
Cobertura:
– 150 ml de zumo de kiwi y naranja de Granini.
– 1 y 1/2 hojas de gelatina.
Preparación:
Triturar las galletas y mezclarlas con la mantequilla hasta conseguir una masa como de arena mojada. En un molde desmoldable de 16cm poner en la base papel de horno y verter las galletas sobre el mismo, aplanando con ayuda del dorso de una cuchara. Meter en la nevera para que endurezca. Mientras prepararemos el cheesecake y para ello hidratar las hojas de gelatina en agua fría. Calentar el zumo en el microondas, sin dejar que hierva, y añadir el azúcar y la gelatina bien escurrida. Dejar que estas se disuelvan bien y dejar templar. En otro recipiente batir un poco el queso para que pierda firmeza. Cuando el zumo haya perdido temperatura mezclarlo con el queso y unirlo bien hasta conseguir una masa sin grumos. Verter sobre la base de galletas. Meter en la nevera durante 5 horas o en el congelador 1 hora para que coja cuerpo. Para la cobertura hidratar la gelatina en agua fría y calentar el zumo (sin que llegue a hervir) y mezclar ambos hasta la completa disolución de la gelatina. Verter sobre la tarta. Meter en la nevera y dejar 3 horas para que la capa superior termine de cuajar.