La receta que hoy os propongo, con esos ingredientes que aún nos quedan coleando de las Navidades, es dulce y las protagonistas son las uvas. Esas uvas, tan olvidadas ellas, y que solo solemos comerlas en las campanadas para recibir bien el año nuevo. He de confesaros un secreto, yo siempre las como dos veces, una en la hora peninsular y luego en la hora canaria. Me gusta seguir esa tradición desde que vine a vivir a Tenerife.
Veréis como gusta esta receta entre vuestros comensales y además sin que pongan penas con el tema de las pepitas o la piel de la fruta. Una manera deliciosa de que los más peques o los más reacios a comer fruta lo hagan.
Ingredientes:
Para la pasta brisa:
– 180 grms de harina.
– 40 grms de azúcar glass.
– 65 grms de mantequilla en pomada.
– 1 huevo.
– Una pizca de sal
Para la crema:
– 1/2 litro de leche.
– 3 cucharadas de azúcar.
– 2 yemas de huevo.
– 1 cucharada y 1/2 de maizena.
– 1 corteza de limón.
– 1 ramita de canela.
Para la decoración:
– 1 tacita de mermelada de higo pico (o de albaricoque o de melocotón).
– 1 racimo de uvas moscatel.
Para la mermelada de higo pico:
– 2 higos picos.
– 1/3 de su peso en azúcar.
Preparación:
Comenzaremos preparando la mermelada de higo pico, si hemos optado por usar esta (sustitutivas de esta pueden ser la de albaricoque o melocotón). Pelaremos los higos, con mucho cuidado de no clavarnos sus espinas o puas finitas, estraeremos la pulpa y pondremos en un cazo al fuego junto con el azúcar. Una vez que hierva lo tendremos al fuego 30 minutos. Pasaremos por un chino (eliminaremos las bolitas negras que acompañan la carne del higo) y reservaremos hasta que enfríe. Esta mermelada quedará bastante líquida por lo que nos viene fenomenal para luego pincelar las uvas. Si optamos por cualquiera de las otras dos mermeladas las rebajaremos al fuego con un poco de agua.
También podemos compra la pasta brisa pero yo he optado por hacerla. Es la primera vez que lo hago y me ha encantado amasarla y ver el resultado final, ni muy dulce ni muy sosa; perfecta. Para hacer la masa brisa tamizaremos la harina, la sal y el azúcar glass y haremos con ellas un volcán, en el centro pondremos la mantequilla y el huevo e iremos amasando, primeramente con las yemas de los dedos y posteriormente con la mano entera hasta que obtengamos una masa homogénea y elástica. Dejaremos reposar esta masa una hora en la nevera para que coja más cuerpo. Pasado este tiempo estenderemos con el rodillo y cubriremos los moldes de las tartaletas, previamente enmantequillados y enharinados (para poder desmoldarlas sin que se nos rompan). Cubriremos la masa con papel aluminio y sobre este colocaremos peso, para evitar que la masa suba, unas legumbres o piedras y las hornearemos (horno precalentado, arriba y abajo) a 180º unos 20 minutos. Tras los 20 minutos quitaremos el papel aluminio y hornearemos 5 minutos más. Dejaremos que enfríen por completo sobre una rejilla.
Mientras enfrían ambas preparaciones prepararemos la crema. Primeramente separaremos 1/2 vasito de leche fría y en ella diluiremos la maizena y las yemas hasta que quede todo bien incorporado. Herviremos el resto de la leche con el azúcar, la corteza del limón y la ramita de canela. Cuando lleve 2 minutos hirviendo incorporaremos la mezcla de las yemas y maizena y, sin dejar de remover y a fuego lento, dejaremos cocinar dos minutos (notaremos como la crema va espesando. Dejaremos que la crema entibie y rellenaremos la tartaletas y dejaremos que la crema enfríe por completo. Una vez fría la crema cubriremos con las uvas peladas, sin pepitas y cortadas por la mitad las tartaletas y pintaremos con la mermelada de higo pico o con el almíbar de albaricoque o melocotón.
Otra receta estupenda que nos vale para aprovechar esas uvas que nos van quedando en el frutero y que no sabemos que hacer con ellas. ¿Quién dijo que comer fruta era aburrido? Todavía queda un pequeño recuerdo navideño en mi mente y ello se refleja en los árboles de Navidad que aparecen en las fotos.
Fuente: libro “Postres caseros de la cocina campestre“.
Fuente: libro “Postres caseros de la cocina campestre“.