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Restaurante El Granero

by Silvia
Uno de los mejores restaurantes en los que he estado en la isla de Tenerife y además al ladito de casa. Tuve la oportunidad de descubrirlo gracias a unos amigos (Ana e Ivan-Ulises) y a la visita de mi hermano con su novia (Berthi saludo enorme para ti, espero que te traiga gratos recuerdos) en Enero de este año. Fueron tantas las ganas que me quedaron de volver que al mes siguiente ya andaba yo de nuevo por allí y claro no pude evitar fotografiar el sitio y sus comiditas. Si vivis en la isla o venis de vacaciones os lo recomeindo 100%. El sitio es encantador, tiene magia, muy hogareño y pequeñito (me encanta). Está un pelín escondido, cosa que le da (para mí) más encanto. Se encuentra en la C/Isla Margarita nº 13 de Buzanada (tlfn: 922 345 409). Solo abren para dar cenas, así que imaginaros las colas para ir a degustar sus manjares y a todo ello hay que sumar que no hacen reservas. No importa, vamos con tiempo de antelación y mientras charlamos un ratito. Los dueños, que son matrimonio, te reciben como en casa y estan pendientes de tí durante toda la comida. La decoración y el ambiente es de lo más campestre, a la entrada y a mano izquierda nos encontramos con un yugo. A ambos lados del restaurante encontramos dos ventanas que lo hacen muy hogareño, el toque romántico lo da la iluminación (con una única lamparita en cada mesa). Ya en el fondo y de frente vemos una pequeño grifo con un caldero y a mano derecha una pared con cuadros de la época y una máquina Singer antigüa. Es entrar en el local y respirar calma, quietud, sosiego… parece que el tiempo se detiene.




Siento la calidad de las fotos pero era de noche y la iluminación, como os he indicado arriba era muy tenue.
Comenzamos con unos riquísimos pimientos de padrón. Con su toque justo de sal y con unos ajitos laminados.
Unos ricos y deliciosos montaditos de anchoa, lomo y abadejo. No tenían el de jamón, toda una pena, porque lo hubiésemos devorado igualmente.

Unas croquetas caseras divinas, celestiales… vamos casi como las de mamá.

Una picata de solomillo. Mira que yo no soy mucho de carne pero este solomillo era pura mantequilla. Jugoso y muy tierno con una guarnición de patatas fritas caseras y unos pimientitos asados.
El plato de pescado fue el de batata con bacalao (yo y mi amor con el dulce-salado). D-E-L-I-C-I-O-S-O es decir poco.
Todos estos platos los acompañamos con unas buenas botellas de vino tinto canario “La Bastona”, con un excelente sabor.

Y ya el summun, el culmen, la apoteosis vino con los postres. Qué ricura por favor… todos caseros y hechos con un gran mimo. Nos dejamos aconsejar, pero yo creo que cualquiera que hubiésemos elegido nosotros mismos hubiese estado riquísimo. Son cremas de limón, de piña y tiramisú.
Un acogedor lugar donde, si venís, no debéis perderos visitar.
Nota: Judith se ha animado con la cocina y está haciendo un sorteo en su blog. El regalo sorpresa, pero yo tiento a la suerte y me apunto.

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